Muchas veces pensamos que aprender a nadar es algo difícil, que no será posible. Pero en mi opinión, después de más de 10.000 horas practicando y otros miles más enseñando, te puedo decir que no es difícil. Es complejo.

Pues significa que puedes lograrlo en 3 días, que en 3 días puedes ser capaz de entender de manera muy básica los principios para moverte en el agua con una técnica básica. Significa que después de 450 minutos de práctica con un mentor a tu lado guiándote puede que aún te sientas inseguro y confundido. O puede que después de 1 año asistiendo a clases grupales no hayas aprendido nada.

El ser humano se enfoca mucho en los resultados y se olvida que lo realmente importante es el proceso. La experiencia, camino.

Es por eso que cuando enseño a mis alumnos, intento hacer ese camino lo más simple y bonito posible. Darles todas las herramientas que considero relevantes para que esos primeros ladrillos sean sólidos, de buena calidad, y que resistan a cualquier tempestad. Enseñar a nadar puede ser definido como el arte de hacer simple lo complejo. De lograr que el camino sea más importante que el final.

Si te aventuras en este mundo, rápidamente te darás cuenta de que no existe un final como tal. Siempre habrá una meta nueva, un final nuevo. Cómo "aprendas" y luego dejes de practicar, notarás que has perdido u olvidado todo. La magia que solo aquellas personas que viven la natación como forma de vida saben apreciar. Aprender a sentir el agua, a interiorizar la técnica, a saber cuando debemos dejar de pensar para estar solo en el presente, sintiendo el agua a través de nuestra piel... Es interesante como solo el 10% de la población mundial tiene los conocimientos y práctica suficiente para considerarse nadador, y el resto no sabe nadar.

En España mueren cada año más de 400 personas víctimas de ahogamiento. Es una tragedia nacional anual. El número de niños y adultos que mueren anualmente supera por más del doble al atentado sufrido en la estación de Atocha el 11 de marzo de 2004, atentado en el cual murieron en total 192 personas de 17 nacionalidades diferentes, entre ellos 142 eran españoles.

Es hora de que tomes consciencia de que la natación es algo que puede cambiarte la vida drásticamente, puedes pasar de temerle a disfrutar en cuestión de semanas. La decisión esta en la palma de tu mano y es cuestión de tiempo que termines en una piscina aprendiendo a nadar. Mi recomendación es que evalúes bien que camino más a tomar, ya que de eso dependerá en gran medida el calibre de tus resultados.

Lo barato sale caro y en cuestión de educación aún más. Ya que aprender algo de forma incorrecta cuesta lo mismo que aprenderlo de forma correcta. El problema residirá en luego el tiempo que te llevará corregir esos errores.

Este año lanzaré mi primer libro: Mister Natación. Si te interesa saber más sobre este maravilloso deporte es algo que en tu arbolito de Navidad no puede faltar.